martes, 24 de diciembre de 2013

Tienes las manos de tu cuerpo,
porque eres un verbo presente
antes de cristo.

Porque sólo tú

presencia


es la montaña que encontró el camino.

lunes, 16 de diciembre de 2013


Imaginé las líneas de cada continente

ardiendo el territorio.

domingo, 15 de diciembre de 2013


Es bonito escuchar a dios hablando en música.
Es como escuchar el sonido del sabor de una naranja que olvidó la primavera y viene a encontrarse con una tierra de inviernos.
Todo esto -y todo es una partícula de lo Sublime-

tras escuchar la Resurrección, de Mahler.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Cuántas esperanzas.

La ciudad y los puentes

Nunca el mismo puente.
Mas la misma distancia siempre.


Si bien de lejos parecen las siluetas de una cordillera un tanto extraña, al acercarse se aprecia un extenso valle repleto de puentes: sólo puentes, miles de ellos. Algunos solitarios y otros superpuestos unos con otros; en ocasiones dos, tres o más nacen de un mismo cimiento y toman variadas direcciones. La ciudad pontífice, hacedora de puentes que soportan todo tipo de edificaciones: casas, hoteles, escuelas, edificios de negocios, túneles, bodegas, cruces de culto, antenas, recolectores pluviales, aljibes; incluso montañas artificiales para uso recreativo y puentes decorativos, monumentos de la ciudad que fue nombrada Ciudad.
            Debajo de todos los puentes de la ciudad la tierra está vacía, es poca la vegetación que sobrevive, como algunos girasoles que aprovechan los escasos rayos de luz que se cuelan entre las grandes trabes. En ciudad Ciudad no se construye en la tierra, está prohibido hacerlo. Sólo es posible levantar alguna obra sobre los puentes que en ella hay. Todo tipo de vehículos transitan en la ciudad con un preciso sistema de orden vial que regula la entrada y salida de las estructuras; no obstante, es obligatorio que todos los puentes sean también peatonales, con estrictas medidas de seguridad para evitar accidentes, como las caídas. Existen puentes destinados exclusivamente al espacio público, es decir, para el esparcimiento y convivencia de los ciudadanos.
            Existen algunos cuerpos lacustres bajo la ciudad Ciudad, ríos y pequeños lagos; para cruzarlos existen los llamados “puentes de barcas” que consisten en series de embarcaciones de madera atadas en línea y que van de orilla a orilla. La mayoría de estos cuerpos de agua están contaminados por los desechos que caen de la ciudad que se yergue metros arriba. La lluvia se convierte entonces en un factor clave para la sobrevivencia.
Ciudad Ciudad es una urbanización unida por los puentes pero separada por los mismos. Los conceptos de cercanía y distancia son por lo tanto relativos, y por ello no se utilizan en el habla de las personas. La cotidianidad de los habitantes es subir y bajar los puentes, por ello han desarrollado piernas extremadamente fuertes que les permiten el tránsito por la ciudad. Ellos consideran al puente del pie como la máxima representación del erotismo y sólo está permitido tocar esta parte del cuerpo cuando se está por iniciar un acto reproductivo.
            La muerte es considerada un elemento de construcción; las osamentas son lloradas en la cima de los puentes para luego ser incrustadas en las bases de las nuevas estructuras que se erigen en la periferia de la ciudad. Así, tanto la vida como la muerte de las personas están dedicadas a la consolidación de nuevas obras.
            En esta urbanización las sombras que proyectan las mega-estructuras provocan serios daños a la población: muchos niños crecen con raquitismo, o los adultos desarrollan osteomalacia; asimismo, en ambos se presentan poca tolerancia a la luz y pérdida del lenguaje. De igual manera, los ecos entre los grandes muros provocan sordera, y con ello desequilibrio en las personas. El suicidio por caída es uno de los problemas de salud pública que enfrenta día con día ciudad Ciudad.
            En varios puntos de la gran urbe pueden verse inscripciones que relatan el comienzo de la civilización de Ciudad, leyendas fundacionales que dotan de identidad a sus habitantes. Una de ellas cuenta la historia de cuatro grandes puentes que cruzan la ciudad imaginariamente hacia cada punto cardinal, lo anterior, claro, pertenece a la mitología. Otra inscripción trata de cómo se erigió el primer puente. Aquí un fragmento:

Pontifex dominus

Una vez un puente cruzó el río para descubrir la verdad de la otra orilla. Luego otro y miles siguieron su ejemplo. Todas las razas, lenguas de acero y ladrillo, almas de madera y tiempo. Muchos cayeron en el intento. Otros en las guerras sufrieron la desgana de la memoria.
Una vez, un puente miró hacia el cielo…

            Ellos, los habitantes de Ciudad, seguirán erigiendo innumerables puentes, ellos son la ciudad pontífice, hasta un día llegar.

“… Brilla el destino entre infinitas sombras. Nostalgia de mi ciudad, Ciudad”.


Miguel Ángel León Govea

Julio, 2013

jueves, 5 de diciembre de 2013

Volcán de fuego

a Jorge Vega

Que el volcán es tu nombre y así te llaman.
Y tú reaccionas como lo hace un volcán.
Y ellos no saben que esas volutas
son tus palabras.
Y escalan.
Y te miran.
Y hacen congresos:

Ellos sólo esperan arder.




Miguel León-Govea