lunes, 11 de noviembre de 2013

Para comprender el silencio

Para comprender el silencio
hay que escuchar la espuma de mar:

una voz lejana y profunda,
naufragios y las sirenas necesarias,
pero efímera en su infinitud.

Hay que mirar la sal,
el residuo:

el término preciso
al que aspira

la palabra.


Miguel Ángel León Govea
Noviembre, 2013

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