Nada como el placer de ser la forma
que se vacía de un cuerpo
a un espacio.
Hoy no duermo.
Soy la hora de un rebelde segundero,
y el mundo es una época tardía
de lo que fue un instante.
A veces,
la montaña es la figura geométrica
de la calma,
un pez enorme y callado
donde un río acostumbra su estancia.
El único camino que veo
es una voz que no entiendo,
pero es linda y la sigo,
pero es dios y la espero.
Soy un pez que mide el tiempo.
Soy un pez que mide el tiempo.
Soy un pez mirando al cielo.
Doy gracias por la rapidez del anzuelo.
Hola Miguel, un placer seguir leyéndote!
ResponderEliminarUn saludo y un abrazo,
Ros.