viernes, 17 de diciembre de 2010


Nada como el placer de ser la forma
que se vacía de un cuerpo
a un espacio.

Hoy no duermo.
Soy la hora de un rebelde segundero,
y el mundo es una época tardía
de lo que fue un instante.

A veces,
la montaña es la figura geométrica
de la calma,
un pez enorme y callado
donde un río acostumbra su estancia.

El único camino que veo
es una voz que no entiendo,
pero es linda y la sigo,
pero es dios y la espero.

Soy un pez que mide el tiempo.
Soy un pez que mide el tiempo.
Soy un pez mirando al cielo.

Doy gracias por la rapidez del anzuelo.







1 comentario:

  1. Hola Miguel, un placer seguir leyéndote!


    Un saludo y un abrazo,
    Ros.

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